Así es amigos, nuevamente termina una aventura, en este caso una aventura que ha sido muy especial por muchos motivos. Ha sido una aventura muy esperada, una aventura muy preparada, una aventura muy planeada pero sobretodo, ha sido una aventura que ha dado un giro inesperado de una forma radical.
Como ya bien sabéis gracias a comentarios que he dejado en la web a lo largo de estos días, el viaje que me tenía que haber llevado por ciudades y pueblos rusos me ha terminando llevando a grandes ciudades de la Europa Central. No os preocupéis que a medida que avance el diario de este viaje, vais a saber exactamente el porqué. Sin embargo, lo podríamos resumir como una serie de catastróficas desdichas que culminaron en un pequeño accidente, lo que hicieron tomar la decisión de cambiar de planes.
No os voy a engañar: tengo una mezcla curiosa de sentimientos. Por una parte, siento una gran alegría de haber acometido una aventura totalmente improvisada en solitario por tres ciudades increíbles en las que no había estado, pero por otra parte, siento una gran tristeza y decepción por no haber podido completar una aventura -prácticamente ni empezarla- a la que le tenía tantas ganas y en la que había puesto tantas ilusiones y esperanzas.
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Si hay alguna cosa clara es que este viaje ha sido una introducción. Una introducción a lo que viene. Un preludio para mis futuros viajes. Un preludio para mi viaje a Rusia. Por que si una cosa tengo clara es que volveré a ese fascinante país. No tengo ni idea de cuando, pero se que no voy a tardar mucho, pues ese viaje tiene que acometerse. Algún día u otro tengo que cumplir ese sueño.
Así pues, amigos, os invito a descubrir 4 bellas ciudades, os invito a pasear a 20 grados bajo cero en la gélida Moscú, a sentir la historia imperial de la bella Praga, a sorprenderse ante una pequeña joya como es Bratislava o a cruzar de puente a puente el Danubio en la gigantesca Budapest!
Gracias, y hasta pronto!
Blai.